viernes, diciembre 26, 2008

una tarde

Ahora que tus ojos esquivan mi mirada,
escondo las heridas de las sombras en la razon.
Ahora que las tardes de verano injustas e invisibles
me nublan las costas del amor.
Ahora que camino despacito y sin rencor
anelo tus caricias y tus huesos,
escribo medio borracho medio sobrio,
te escribo en la distancia te recuerdo aun mas lejos.
No son puras las mentiras y no por eso las veradaes dicen la veradad.

viernes, junio 06, 2008

INSOMNIO

Pájaro mudo, alas de soledad, déjame dormir.
Cuervo de los sueños, carroña de pesadillas, déjame dormir.
Fantasma frío de la oscuridad, déjame dormir.
Reloj detenido en segundos, déjame dormir.
Voz inconciente reveladora, déjame dormir.
Música de campanario invernal, déjame dormir.
Cama vacía, sabanas arrugadas, incomoda nostalgia, déjame dormir.
Corazón palpitante, amezante, déjame dormir.
Recuerdo de neblina, vaso, déjame dormir.
Temblor y transpiración, déjame dormir.
Despertar improvisado, déjame dormir.
Amanecer inalcanzable, noche eterna.

miércoles, junio 04, 2008

Sombras

En un instante, lo mismo da si fue un segundo o mil años, la luz se convirtió en sombra y como tal empezó a pensar en oscuridad abrazándola e incorporándola a su nueva forma. Pensó que si era sombra podía ocultarse en otras sombras, en el infierno de la las apariencias negras y sin rostro que tienen los fantasmas de la noche. Con poética audacia desfilo en largas pesadillas y devoro sin detenerse cualquier recuerdo de su vida anterior, de esa vida iluminada reservada para las deidades no paganas de luz. Se congracio con la maldad y fue demonio de mil cabezas. Se sacio de sexo con otras sombras más viejas y sabias y absorbió su sabiduría como néctar dulce. Murió cada amanecer con orgullo de estar del otro lado, y renació cada noche con cada farol ficticio, azul, pálido y frió. Entendió que cada sombra había sido luz alguna vez y que en un instante, lo mismo da si fue un segundo o mil años, habían sucumbido ante su naturaleza.

sábado, mayo 31, 2008

Pensaba el moribundo que no temia mas a la muerte sino a no haber vivido suficiente.

sábado, mayo 24, 2008

Silencio

Sobre una cúpula de nubes grises y espesas, como un llanto ahogado, las gotas de lluvia parecen no querer perecer sobre la tierra que las espera ansiosa de beber y de vivir. Pero el temporal se hace esperar y como adelanto se divierte enviando ráfagas de viento gélido para que baile en las esquinas y le vuele el sombrero a cualquiera que lo lleve puesto.
La luz mortecina que en su timidez parece más brillante que el sol, lastima mis ojos. Resolana le llaman algunos y hasta dicen que hace peor que la luz directa.
Es así que Buenos Aires se viste con su mejor traje de funerales y lo sale a lucir sin vergüenza, con aires de venganza pero al mismo tiempo con ternura de esa que nos hace reflexionar a todos sin saber bien porque. Un día con intenciones de ser noche, una noche eterna en el infinito, sin estrellas ni luna poética, ni hombres lobo ni hechiceras malvadas. Todo mentira.
El olor húmedo de las alcantarillas, ultimo resabio de naturaleza, emulando arroyos citadinos de Dry Martini y appetaizers. Nunca nada cambio, ahora lo se. Tal vez se marchito y perdió brillo, pero la metamorfosis no ha sido nunca la verdadera razón de la nostalgia, sino por el contrario no hay nada mas nostálgico que lo estático que no se resiga a desaparecer. Con mirada perdida buscando el horizonte vedado en edificios “cementéricos”, los ancianos ansían la parca dulce que calma los dolores y ama sin excepciones ni condiciones.
Alguna gota rebelde se desprende del manto de nata en el cielo y le hace el amor a una hoja escarlata muerta en un adoquín. Apurando el paso que se viene, con ese paso Chaplinesco de los que le temen a los chubascos y corren a encerrarse bajo los balcones intentando inútilmente no mojarse, como si aquello fuera a salvarlos de los resfríos o las gripes, temiendo a la pulmonía como temían los personajes de los libros viejos.
Al fin se derrama. Se desangra el aire y afloja las piernas la belleza destructiva de la naturaleza sintética que nos hemos construido. Lo vemos y esperamos que pase, que no deje rastro, que nos deje en paz con nuestra rutina; porque si hay algo que sabe hacer bien la tormenta es cortar de cuajo las repeticiones diarias y destruir todas las automatizaciones que nos organizamos para sentirnos mas seguros. A ver si todavía se me cae un piano en la cabeza después de pasar debajo de esa escalera.
Silencio, esta hablando el viento con los árboles. Silencio.

viernes, mayo 23, 2008

Mi sueño

Mi sueño tenia seis cuerdas, doce notas, algunos unísonos, unas cuantas rimas, alguna que otra disonancia, un cable plug-plug, un amplificador a válvulas, luces encandecentes, escenarios oscuros, mesas medio llenas, viajes por el mundo, canciones que hacían llorar, otras que deban ganas de bailar y cantar, una mujer que me esperaba después de un show, una madrugada de lluvia, una voz disfonica, una remera transpirada, un “demo” mal tocado, una sombra de los Beatles, una vida de juventud eterna, abundante cabellera, botas de cuero, una tapa en la Rolling Stone, una nota con Mario Pergolini, un video en MTV, un premio a la trayectoria, un “puesto numero uno”, una inevitable caída estrepitosa y consagratoria, un “juntarnos en la sala”, una zapada en La y un silencio de negra con puntillo.
Mi sueño quiso ahí quedarse, en el mundo de los sueños y así volverse pesadilla.

domingo, mayo 11, 2008

Dos amantes, una pesadilla

-solo estoy cansado- gruñó e intentando ocultar una pequeña lagrima que bailaba sobre una de sus mejillas, le dio la espalda desnuda sin quitarle un centímetro de sabana sudada y perfumada en sexo. Ella procuro no entrometerse y poso sus pechos tibios mientras acariciaba su hombro. La noche oscura susurraba una sirena a lo lejos, casi un eco espectral que anunciaba desgracias ajenas pero que aún así los estremeció. Besos salados y el aliento etílico del tabaco y el vino arribaron con su cuerpo sobre el de ella otra vez. Entre sus piernas y surcando a fuerza de uñas las marcas que al alba dolerían mas todavía. Apenas se miraron en la penumbra. Gimió algunas veces y la volvió a besar. El triste abrazo final los emociono a los dos y lloraron al unísono. Se amaban, se habían soñado más de una vez exactamente así, ella entregada, él entregado. Ya no había que luchar mas, eran tiempos de paz, segundos en que la soledad se iba lejos. Podían sentir sus corazones colapsar uno sobre el otro. Agotados se hundieron profundo en los sueños, donde no se podían seguir. Él soñó que se despertaba en una cama solo y encendía la televisión para ver la temperatura y decidir si se ponía un saquito o la campera, mientras ella se soñaba en la ducha repasando mentalmente a Freud para el examen en la facultad, y mientras los 4 grados de sensación térmica obligaban a agregar una bufanda a la campera él salía de su casa y saludaba al encargado del edificio y de pronto estaba ya en el subterráneo atestado de gente mandando mensajes de texto con su celular y nadie lo veía, ni a ella en el colectivo con los vidrios empañados de sudor humano y llena de angustia por no haber aprobado, cargada de frustraciones entrando a su casa de noche pensando que comería, si las sobras de ayer o las de antes de ayer, porque en la oficina no había podido almorzar y se moría de hambre y bronca después de que su jefe le había dicho que ya no lo necesitarían mas, justo a él que de merito laboral podría dar clases. Cerró los ojos.
Abrió los ojos y la vio. Abrió los ojos y lo vio. Suspiraron, sonrieron, se amaron otra vez. Una tímida luz entraba por la ventana. El inoportuno periodista de la tele anunciaba una ola de frió en Buenos Aires. Mientras él preparaba el desayuno ella bajaba a la cocina ofreciéndole una campera. –suerte con el examen, nos vemos a la noche-

miércoles, marzo 19, 2008

Tengo tiempo.
Poseer un montón de nubes tormentosas.
Tengo alivio.
Darse a conocer en la oscuridad.
El artista no actúa y el unico feliz es el payaso.
Porque en esta tarde que anuncia lluvia, no creo que valla a mojarme.
Aún a tu sombra me escondo
Piano mudo.
Eso de no sentir es pesado en cualquier cruz
No sabes y no sabrás
Acentúo en tus pupilas y tus muslos la lasciva hora del ocaso.

viernes, febrero 29, 2008

Casi al final

Este rejunte de razones sin sentido,
Que me apegan al recuerdo de tu olvido,
No me deja dormir ni en sueños ni suspiros,
No despierta en las mañanas y pierde en jaque mate de alfiles.

Ni mares infinitos ni arenas voladoras,
Ni viento de verano ni nieve de rocío.

Esta falta de memoria de los ciegos,
En fotos blanco y negro
Que imaginan girasoles y aceite de oliva
En pan tostado y tibio.

Ni piernas escandalosas ni abrazos en la calle,
Ni paredes con grafitis de queja adolescente.

Y los cuentos no terminan,
Ni las hadas acuden a tu risa.
Tango hermoso llorar arrabalero,
De un tiempo pisoteado, firulete y dos por cuatro.

Las sombras que caminan sobre el agua del río,
Acentúan en mis notas que no tengo mas, seis cuerdas que no vibran,
Ocho notas sostenidas,
Enfundas las guitarras juntan polvo en un rincón.

viernes, febrero 22, 2008

De raices y razones


Entre mis silencios favoritos, tengo como preferido y mas usado el de los interrogantes sin respuesta de los álamos al viento y amantes en la noche.
Tal vez la oscuridad que mejor los acompaña sea la de luna menguante y dulce, o de ciudad a oscuras de corte eléctrico y suministro con la tristeza de la falta de pago a termino.
Y si en mitad de una nota pueda mirarte a los ojos sin pestañar y sin bostezar es que quiero quererte.
No es secreto entre los que solemos amar el silencio que las brazas de cigarrillo son grandes compañeras y suficiente refugio de la lluvia y el frío.
Así que es así como escribo, con este mareo adolescente a media mañana y sin despertar, porque a mi ventana acudió la lluvia y los gorriones se esconden de los relámpagos después de cazar mariposas y envidiar a las palomas de la plaza.
Habrá después de toda esa arena una raíz que crezca suavemente bajo el asfalto y el cemento, para buscar al sol entre adoquines.