Estoy en el bar pero no trabajando. Sentado en una mesa con mi note book abierta y revisando algunos blogs que me encuentro por ahí.
El bar esta lleno de gente. Yo ensimismado con el monitor de 14 pulgadas, hipnotizado sin dejar de mirar hacia delante. Alrededor sigue habiendo mucha gente, cada vez más. No me importa. Sigo buscando blogs. Hay muchísimos, infinitos. Hay mucha gente que escribe, que se desahoga, que pide a gritos que se la escuche, que pierde el tiempo, que parece estar sola. Sigo buscando, uno tras de otro. ¡Cuanta soledad!, veo fotos y perfiles. Claudia de Buenos Aires, Marcelo de la Plata, Peter de Chicago, Wan Lee de Japón. ¿Quién es toda esta gente? El murmullo a mí alrededor es ensordecedor, me molesta. Toman café, charlan, se ríen. Deseo que se callen porque estoy buscando. Algunos blogs me hacen reír. Cuanta imaginación. Otros son blogs muy desarrollados a nivel visual, llenos de cositas que se mueven, publicidades, consejos. Puedo ver el viaje completo por Perú de una Inglesa que se llama Melanie; están todas las fotos y cada una tiene un comentario, ¿por que habrá querido que todos sepan de su viaje? Sigo buscando y la gente no se calla. Ahora no quedan mesas vacías. Todo es un caos. Me molesta, pero hay que seguir buscando, espiando. Siento que ya di la vuelta al mundo en veinte minutos. Es demasiado veloz, siento nauseas, me mareo. Tomo un poco de agua, recién entonces descubro que tenía la garganta seca. ¡Que alivio! De pronto un segundo de silencio, otra vez me siento aliviado. ¿Paso un ángel?, por qué no se quedara entonces, mas no sea pa´tomar unos mates. Descubro que todos los blogs tienen algo en común: todos se creen distintos, y eso es lo que los iguala. Sigo buscando. Algunos ya ni los miro. Me estiro la espalda, entrecruzo los dedos de las manos y los trueno, bostezo, me lamento y miro a mi alrededor, esta lleno de gente, seres humanos, personas y personajes, vuelvo al monitor y veo: “ La nueva comunidad”. ¡La encontré!, soy igual, me pasa lo mismo que a vos, estoy vivo. Me doy cuenta rápido de la broma. Vuelvo a mirar a la gente a mí alrededor. Me veo entre la gente pero ciertamente alejado, metido en un cuadradito luminoso que ofrece el mundo. Pero el mundo siempre estuvo ahí, a mi alrededor.
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El bar esta lleno de gente. Yo ensimismado con el monitor de 14 pulgadas, hipnotizado sin dejar de mirar hacia delante. Alrededor sigue habiendo mucha gente, cada vez más. No me importa. Sigo buscando blogs. Hay muchísimos, infinitos. Hay mucha gente que escribe, que se desahoga, que pide a gritos que se la escuche, que pierde el tiempo, que parece estar sola. Sigo buscando, uno tras de otro. ¡Cuanta soledad!, veo fotos y perfiles. Claudia de Buenos Aires, Marcelo de la Plata, Peter de Chicago, Wan Lee de Japón. ¿Quién es toda esta gente? El murmullo a mí alrededor es ensordecedor, me molesta. Toman café, charlan, se ríen. Deseo que se callen porque estoy buscando. Algunos blogs me hacen reír. Cuanta imaginación. Otros son blogs muy desarrollados a nivel visual, llenos de cositas que se mueven, publicidades, consejos. Puedo ver el viaje completo por Perú de una Inglesa que se llama Melanie; están todas las fotos y cada una tiene un comentario, ¿por que habrá querido que todos sepan de su viaje? Sigo buscando y la gente no se calla. Ahora no quedan mesas vacías. Todo es un caos. Me molesta, pero hay que seguir buscando, espiando. Siento que ya di la vuelta al mundo en veinte minutos. Es demasiado veloz, siento nauseas, me mareo. Tomo un poco de agua, recién entonces descubro que tenía la garganta seca. ¡Que alivio! De pronto un segundo de silencio, otra vez me siento aliviado. ¿Paso un ángel?, por qué no se quedara entonces, mas no sea pa´tomar unos mates. Descubro que todos los blogs tienen algo en común: todos se creen distintos, y eso es lo que los iguala. Sigo buscando. Algunos ya ni los miro. Me estiro la espalda, entrecruzo los dedos de las manos y los trueno, bostezo, me lamento y miro a mi alrededor, esta lleno de gente, seres humanos, personas y personajes, vuelvo al monitor y veo: “ La nueva comunidad”. ¡La encontré!, soy igual, me pasa lo mismo que a vos, estoy vivo. Me doy cuenta rápido de la broma. Vuelvo a mirar a la gente a mí alrededor. Me veo entre la gente pero ciertamente alejado, metido en un cuadradito luminoso que ofrece el mundo. Pero el mundo siempre estuvo ahí, a mi alrededor.
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