miércoles, mayo 24, 2006

1988

Bueno la cosa fue más o menos así.
Eran las doce de la noche, o como pretenden algunos puristas las cero horas. Estaba atendiendo la barra despachando tragos y vino, más vino que otra cosa. Hacia frío así que la gente pretendía aclimatarse de adentro hacia fuera.
Sentados en la barra estaban dos amigos, una mujer y un hombre. En eso entran al bar tres muchachos de apariencia realmente joven incluso adolescente. Vestidos a la moda, la cara limpia de haber tenido un poco de acné y preparada para que aparezcan las primeras sombras de lo que con el correr de los años seria barba, abundante cabellera y además llevaban esa sonrisa despreocupada que solo una muchacho de quince o diez y seis años podría llevar. Y es más, esa es la edad que aparentaban.
Se sentaron en una mesa y los atendió una camarera que apenas tiene diez y nueve años, y con un placer que se le notaba demasiado, ese placer de venganza, les sonrió y les pidió los documentos para constatar que tuvieran la edad adecuada para el consumo de bebidas alcohólicas. Mientras que ella revisaba detenidamente una de las cedulas identificatorias, los que estábamos en la barra comentábamos que cosas del tipo: “ son re pendejos”, “no llegan ni en pedo a los diez y ocho”, “ si tienen diez y seis es mucho”.
Hasta que a mi se me ocurrió preguntar de que año tendrían que ser para tener diez y ocho. Todos dudamos así que no tuve mas remedio que aplicar mi reconocida velocidad para los cálculos matemáticos. Agarre la calculadora que tengo en la barra y realice las ecuaciones pertinentes. El resultado fue devastador. El pequeño visor de mi calculadora mostró una inquietante realidad: 1988.
Esa cifra nunca había significado nada para mí. Nunca le había prestado atención, tampoco había tenido necesidad. La ultima vez que me había preocupado por este asunto de la mayoría de edad yo tenia diez y siete y para llegar al tan esperado diez y ocho que me abriría infinitas puertas a lo desconocido, había que esperar un año para que el 1979 de mi documento tuviese validez mágica y legal. Pero esto va más allá de mí. No se si comprenden. O tendrán que tener minimamente mi edad para comprenderlo.
Increíble ya la generación del ´88 ha llegado y para quedarse. ¡Eso quiere decir que dentro de dos años van a llegar los del ´90!
Bueno eso fue todo. Y por si querían saber, los chiquilines al final tenia diez y ocho.
Pero tengo testigos... ¡ aparentaban mucho menos joder!

No hay comentarios.: