viernes, agosto 25, 2006

Casi una historia

Y se miraban a los ojos como enamorados pero no lo estaban. Y se tocaban como excitados pero no lo estaban. Luego se despedían como si fuese el último adiós, pero a la vuelta de la esquina se reencontraban y se besaban como si supieran lo que eso significa. Y se perdían entre la gente y se volvían gente aunque no lo eran. Y uno le preparaba el desayuno al otro y se rascaban la espalda cuando no les picaba. Se decían amigos y apenas se conocían. Ella se llamaba Maria pero su madre le decía “chiquita” y él era conocido como Ernesto aunque su padre le llamaba “idiota”. Se hablaban poco y en el medio discutían a ver quien le daba de comer al perro ese día. Y él salía a trabajar sin trabajo y ella lo esperaba todo ese tiempo, porque siempre lo había esperado. Y no se iban. Se necesitaban.
El se murió una tarde cualquiera y no llego a avisarle. Entonces ella también murió porque ya lo había estado buscando por todos lados.

2 comentarios:

PH dijo...

Claro que si.. Ellos supieron vivir sin conciencia. Pero vivieron y murieron el uno con el otro.
I like it.

Marcela Ordiz (AP - INTEC) dijo...

tiene principio, tiene fin, fue na historia!
Muy bueno, me gusto