A donde fueren todos mis pensamientos perdidos y encallados en mareas bajas pero furiosas, quisiera encontrarte. Donde no estén destinadas a la muerte todas las caricias del ocaso. Donde besarte sea morirse y resucitar. Donde el olvido por fin pierda su última batalla y consigo se lleve la guerra.
A donde fueren todos mis suspiros quisiera perderte para siempre, si es que eso existe; en lo eterno y donde finalmente se termine todo lo que no debería haber empezado.
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