sábado, abril 17, 2010

Adios alma mía

Llora una lágrima de cera la vela entre el fuego y la luz,se desvanece lentamente, se entrega a la oscuridad.
Se que no hay nada que decir, especialmente cuando sobran las palabras.
Me extrañaras ahora lejos, ahora cerca, mas cerca que nunca.
Se te ve el frío en los ojos, a mi también las arrugas me persiguen.
Y si en cambio me despierto mejor dejar de soñar, mejor dejar atrás el sueño.
Vomito estas palabras abrazadas ellas al temor de perderte, a la seguridad de perderte.
Así que dejo a mi paso las rutas que nos encontraron tan felices, esas rutas desiertas a simple vista pero que aguardaban tesoros en cada curva, en cada puente.
Nos llovió todo el tiempo, ya se, y hacia frío también. Premonición de los tiempos que vinieron después.
En cada habitación de hotel dejamos rastros, quedo algo nuestro, demasiado nuestro, tan celoso del momento que no nos va a dejar recuperarlo.
Fueron testigos los cuatro puntos cardinales y ahora no nos reconocen.
Adiós alma mía, te encontrare en otro camino.

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