jueves, enero 18, 2007

Resacas de soledad

Las paredes del lugar tan sofocante que han sido testigos mudos siempre durante muchas noches de muchos años, que me encontraron solo y también acompañado, y que a veces fantaseo que escuchan lo que pienso y hasta se ríen disimuladamente. Y entonces pido otra cerveza para brindarle al óseo y exorcizar demonios antiguos mientras que alrededor la gente, que es siempre la misma con otra cara, sigue en su hipnótica danza más ebria que sincronizada hundiéndose cada vez mas profundo en el narcótico grito ensordecedor de los parlantes. Entre pequeñas risas y espasmos y empujones y pedir disculpas a quien no se las merece, me doy cuenta que el barman saluda a todos por igual, con la misma falsedad profesional que no da lugar a reproches; y cuando sospecha que lo descubrí me obsequia amablemente otra vuelta alcoholizante para ver si la sobriedad se deja seducir por las mentiras que me trago todos los años y me regala un poco de valor para hablarle a la rubia que se ofrece en la otra punta del local, que si no me apuro se la lleva otro idiota, y yo nunca me apuro. Así que devuelta en la soledad que me acompaña doy una vuelta a ver si encuentro a mi amigo El Toro aferrado a su vaso de vidrio alto como si fuera lo único que lo sostiene a este mundo y me sonríe al ver que mi botella no me alcanza para mantener el equilibrio y mientras me ataja y se apiada de mi alma acariciándola un poco con su compañía; o al Negro que me avisa que se va a dormir excusándose porque su cansancio es mas agudo que su borrachera y su cuerpo esta prendido fuego porque no escucho mi consejo de no exponerse demasiado al sol y después de intercambiar amablemente algún insulto y las llaves de la puerta principal se va escoltado por Diego que esa tarde la había compartido con las rocas en la orilla del mar. Pero nada de eso pasa porque esta vuelta no esta ninguno de ellos, y por mas vueltas que dé no aparecen y no van a aparecer porque no han venido. Vuelvo al sostenerme de la barra esta vez vencido y pido que me cobren, lo que sobra es de propina y entonces me dan a cambio de la gentileza otra cerveza que me juro es la ultima.
El camino a casa es en sig-sag esquivando baldosas sanas y no me pierdo por nada del mundo el cielo que esta mas despejado que mi cabeza que se llevo de premio un zumbido y un dolor agonizante que no calma ninguna siesta ni analgésico. Luego los diez pisos en ascensor y ahí parece que el infierno es hacia arriba y lo llevo conmigo; apenas entro la búsqueda torpe de comida fría en la heladera y agua como si fuera la fuente de la vida eterna. Por ultimo el pasillo, el baño y la cama que no se queda quieta.
DEDICADO A LOS TRES QUE NOMBRE

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Sin palabras...
...Oj Alá pudiera estar en camino hacia ese mágico contexto; aunque más no sea para cruzarnos un par de puteadas y negociar las llaves de la entrada pricipal!!!
Te quiero, Hermano!
Negger

Anónimo dijo...

Y si seguís dando vueltas alrededor de ese majestuoso y satánico circuito? Y si quizás subís la escalera de madera desvencijada que va al segundo piso: sí ese que alberga a los borrachos de puerto, algún montevideano o descolgado de Maldonado? Y si quizá volvés al piso de abajo, pero esta vez por la escalera de cemento que te lleva al centro del pequeño tugurio donde las putas oportunistas se mezclan con las porteñas conchetas, éstas últimas de mayor abundancia en las semanas de Enero? Y si a los empujones llegás hasta el baño esquivando los sillones de cuero y te tropezás con las mesitas ratonas tirando un porrón de Zillertall al piso: “Perdoná loco, me tropecé...Después te invito una”...Pero mejor no, aunque tiente tener algún cómplice nocturno (no vamos a llamar amigo a tal cosa de conocer a un parroquiano) que ayude a pasar la quincena... Además la gente de Moby Dick suele ser habitué. Si ya todos te conocen y guiñan el ojo... y guay si entra alguna minita “nueva”... generalmente rosarina, brasileña, australiana o yanqui... ahí sí que podés jugar con la novedad de la ignorancia y repetir las mismas mentiras piadosas del año pasado sin el temor de pensar que la se las contaste en otra partida... o de que le habías hablado a esta uruguaya que viene acá todos los años? Y si pedís otra cerveza? Mmm tengo algo más de sed y a este ritmo mejor un Cubata o un Gin Tonic (pero con Bombay o Beefeater, al menos si me duele la cabeza mañana puedo fingir que no es así y poner como certificado mi gusto por la buena bebida blanca) Y si le hablas a ese chica que está mirando o quizás mira por encima del hombro al pibe de camisa negra de atrás? Y si vas al bolichito que queda a dos cuadras a buscarnos? Llegás? Mirá que es en subida la calle... al menos de vuelta volvés con envión...? Y si llegás de nuevo al Bar... No creo que Herman Melville hubiese sospechado que su libro mutaría en bar y albergaría más borrachos que el barco arponero... Pero ese es otro tema... Volvamos... Volvé... Volviste? Y si mirás bien quizás sí estoy con un vaso de trago largo? Y si te guiño el ojo vení a hacerme la segunda... Y si mirás bien te ves en el vidrio empañado, con reflejo espejado? Te ves con barba y panza treintañera? O te ves flaco y lampiño con 20 años? Y los pibes duermen en la casa de ahí cerca? O en lo de la Abuela del Toro o lo de Augeri? O te ves con 15 años, pulseritas en las manos, remera de alguna banda de rock, negra siempre negra? O si mirás bien, vas a ver a eso, a todo eso, y más. Mucho más que lo que estas líneas escritas en quince minutos desde el trabajo pueden regalarte. Mucho menos de lo que la memoria nos devuelve. Mucho menos que un grupo de amigos.

Hasta la próxima... quien te dice que algún finde en Punta? Un abrazo grande. Te quiero Amigo. El Toro.

Anónimo dijo...

Increíble relato!!! de un mundo casi tan virtual como real, un mundo de marineros borrachos y yankies con verdes billetes. Un mundo al que gracias a ustedes pude conocer y aunque solo fueron unos días, el recuerdo en mi quedo más que grabado. Ni hablar de aquel gallego que el bar no paraba de pasar cervezas… me acuerdo del “Hola otra vez...” y me actitud histérica de cómo si nada pasara… Tremendo o tremendo boludon, quien sabe! En fin, que las botellas se choquen sonrientes con la espuma queriendo salir por primera vez de su cautiverio en otro de los tantos brindis que están por venir.
Mis queridos, gracias totales, y Lechu, gracias por tu magia!!!

Anónimo dijo...

che vos tener que ir y buscar una amiga que preguntar: donde estar lechu? yo querer que poner el su lengua en mi cola...
Buenisimo no?

Anónimo dijo...

jajajaja... excelente el comentario ese.... esa sofia tener una cola incre-ible... buenisima no??? la vi en la playa y tener todo metidito...

Anónimo dijo...

Déjame soltar mi soledad
para que yo sea mi compañía

Déjame abrir mis puños
para que libere mi furia

Déjame no desear alocohol
para entregar mis vacíos.

Déjame no ansiar quimeras
para desbarrancarme cada noche.

No quiero contarles mis fracasos
disimulados en prosa
desde la barra de un bar.

No quiero ser imaginativo
en contarles mis vivencias
cuando sólo son crónicas
de extraños que parecen amigos.

Cuando uno y la historia
no somos la misma cosa
buscamos en las vivencias ajenas:
nuestra "verdadera" história.

Cuando la soledad no es perentoria
y no sentimos miedo a su encuentro
nos damos cuenta que el alochol
sólo es el comodín de la ansiedad.

Y sin alcohol, y sin ansiedad
la verdadera historia vendrá.

Y a vivirla nomás......
si la queremos compartir....mejor
ya que para uno que comparte su felicidad
hay cientos que quieren contar su soledad.

Déjame que no escriba más.......

Anónimo dijo...

No comparto la opinión que comienza con déjame contar mi soledad, y te voy a decir porqué.

Porqué

Ano N.Imo

Anónimo dijo...

A Ano N. Imo le contesto:

Porqué, porqué el que. Que querés decir con no estoy de acuerdo y te voy a decir porqué ? contestáaaaaaaaa carajo,no te escudes en tu Ano N. Imo

Lechu Nicanor dijo...

uy muchahcos o muchachas...volcaron que paso? jajaja muy bien no se entiende esto ultimo pero ta bien igual
abrazo gracias por pasar.

Anónimo dijo...

Perdonáme Lechu Nicanor que Ano N. Imo me hizo volcar, mañana o pasado más tranquila les voy a dar mi parecer.

V.A.Gina

Anónimo dijo...

Mi parecer (de V.A.Gina) es encontrarnos en semana santa en ese mítico lugar que tengo ganas de conocer, e ir con mis amigas a vivir las mismas experiencias en ese "mágico contesto" (s/Negger) ó como dice Toro "majestuoso y satánico circuito" ó como dijera DJ "tan virtual como real" y después tener nuestras propias vivencias y no histórias de otros (dejame soltar)y que venga Ano N. Imo) y que expliqué su porque y si tiene conqué. Virginia A. Gina

Anónimo dijo...

CHICOOOOOS....NO TIENEN GANAS DE TENER VIVENCIAS NUEVAS EN SEMANA SANTA QUE NOOOO
ME CONTESTAN NAAAAAAAAAAAAADA.--
Virgina A. Gina

Anónimo dijo...

Y NO VINIERON, Y ESTUVIMOS SOLAS, SOLAS A LAS 12 SOLAS A LA UNA,
SOLAS LAS DOS A LAS DOS-
virginia A.Gina

Anónimo dijo...

Hacía mucho no ingresaba a este tan controvertido espacio. Desconozco las personalidades ocultas en Anónimo, y Anónimo Iero, por lo que daré en llamarme Anónimo 2do, o L.A. Medor de V.A. Gina. No oculto aquí mi relación familiar con V.A. Gina. Estuvimos casados alguna vez, y de vez en cuando nos vemos (ahora menos que antes). Ahora mi opinión es que me ha gustado mucho ese testo, escrito en tan mágico contesto y que comenzó con "dejame soltar mi soledad". Muy buena inventiva y poética de la nada, hábil lectora de los fracasos ajenos en forma de verso, verso sin rima y con un dejo de prosaico...extraños? amigos? indistinto... si uno mismo resulta ser un extraño en el espejo algunas mañanas... lo que importa son las palabras, ese gran vehículo para contar historias ajenas, propias, vividas, o inventadas, lo mismo da. A no olvidarse que hasta el sútil poeta Anónimos las ha usado y en terreno de vida olvidate de contarnos tus mentiras que más bien pueden ser leídas y no resistirían 10 minutos de barra ni media medida de guisqui...
un abrazo.
L.A. Medor de V.A. Gina.